Stephen Jay Gould escribió: Todos sabemos que nuestros actos son más eficaces cuando pasan inadvertidos.

La libertad no es hacer lo que se quiere sino elegir qué hacer y ser responsable de ello.

El dogmatismo es tal que, sin cambiar en lo sustancial, se va acomodando a las circunstancias.

Hay que inculcar lo básico: tener un pensamiento propio, leer, disentir y tolerar distintas opiniones.

Ramón Gómez de la Serna dijo: El buen escritor no sabe nunca si sabe escribir.

Ninguna acción educativa puede ser eficaz si se da únicamente con métodos y técnicas pedagógicas.

La universidad no sólo da títulos, también transmite cultura y valores que, en cada momento de la historia, dicen lo que está bien y lo que está mal.

La enseñanza dirigida por el mercado laboral convierte a los jóvenes en descerebrados trabajadores y consumidores.

El premio sin esfuerzo provoca la vagancia.

José Antonio Marina dijo: La claudicación de la inteligencia es un dejarse llevar por lo fácil.

Vivir en el miedo a los demás sólo lo hacen los pusilánimes. Es mejor la confianza, y si falla, el desprecio y la venganza.

Nadie sabe, ni siquiera los científicos, hacia dónde va la ciencia, pero sabemos todavía menos hacia dónde quieren llevarla. Ni siquiera sabemos quién quiere llevarla.

El fanático no entiende por qué su verdad no se impone por su propia evidencia.

San Agustín dijo: Toma y lee.

El poder convence con más rapidez y eficacia que cualquier argumento racional.

El trabajo os hará libres, decía el rótulo a la entrada de Auschwitz. Tenedlo en cuenta. No lo olvideis.

Lo único cierto es que al vivir perdemos el tiempo.

A muchos les cuesta aceptar que hay que estar un poco jodido para ser feliz.

Cuanto peor se piensa, peor se habla y peor se escribe. O viceversa. Ser conscientes de ello nos ayudará a comprender a los jóvenes de ahora.

Aviso para los lectores: Ramón y Cajal era un verborreico compulsivo y opinaba y escribía sobre cualquier tema que se le pusiera por delante aunque, como es conocido, sólo fuera un buen científico. A mí me pasa como a Ramón y Cajal y opino y escribo sobre asuntos que ignoro; además, ni siquiera soy un buen científico. Debo reconocer que el mismo Ramón y Cajal me definió al escribir que se conocen infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento.

La universidad, ¿es una institución o una organización?

El maestro debe estar convencido del valor de su oficio y de su importancia social (ver La lengua de las mariposas).

Hay días de sol radiante que se viven como una noche negra en el alma.

Cada vez que me cuentan que alguien tiene ganas de algo me pregunto si será capaz de aguantárselas.

Los jóvenes de hoy día saben perfectamente cómo alcanzar la libertad, pero muchos de ellos no la quieren porque también saben lo que hay que pagar por ser libre.

Los que peor viven son los que no aceptan que van a morir.

En la educación, cualquier reforma propuesta por los profesores es retrógrada pues, por definición de los políticos, está lastrada por el corporativismo.

Eran días felices aquellos en que aparentaba no tener ningún problema.

"Tengo derecho a equivocarme".
No, tienes derecho a elegir y, si algo sale mal, eres responsable de ello, y con frases como esta, no te escapas de tu responsabilidad.
Entonces, es más adecuado decir "La he cagado".
Exacto.

Educar es enseñar y ser educado es aprender. Obvio, pero la educación actual pretende que se aprenda sin enseñar. Inútil y ridículo.

Hoy los jóvenes viven con tanta intensidad el presente que han matado el pasado y no encuentran el futuro.

Lo que no tiene nombre, aunque exista, es inimaginable.

La educación es siempre imponer al niño lo que queremos que sea. Lo demás son tonterías.

Con la edad, se recuerda la infancia como la vida de otro.

Hay personas a las que tiendes la mano y te devuelven un infierno.

Depresión y violencia son las dos caras de la insatisfacción.

Busco excusas para soñar, y no las encuentro.

Toda el agua del mundo no apagará el fuego que prendes con tu sonrisa.

Lo público no es de nadie, y los problemas públicos son responsabilidad de otros. Mío, sólo mío, no tengo nada.

Todo va bien. Y, por si acaso, nadie debe saberlo.

Orwell escribió que la ignorancia es poder.

Decir siempre la verdad es signo de mala educación.

Sólo se puede crear si, previamente, se consigue un estado mental creativo. Déjate llevar.

Era una mujer atractiva. Y fumaba. Y su marido también. Pero por eso de la salud, y los medios de comunicación, y el cáncer de pulmón, dejó de fumar. Y engordó. El marido dejó de encontrarla atractiva. Y se lo dijo. Y su vida sexual empeoró. Y la mujer volvió a fumar. Y adelgazó. Y su marido la volvió a encontrar atractiva y su vida sexual mejoró. Al poco tiempo, se le diagnosticó cáncer de pulmón. Murió. El marido se casó con su secretaria. Su vida sexual mejoró. La de su secretaria, y ahora esposa, empeoró. Pero encontró un amante, en realidad, recuperó a su antiguo novio, aquel al que dejó para casarse con el viudo. Y su vida sexual mejoró. Todos felices. Menos la mujer que volvió a fumar.

Hagas lo que hagas con tu vida, dedica un rato de vez en cuando a crear algo nuevo. Es divertido.

Nietzsche decía que la locura es la excepción en los individuos pero la norma en los grupos y, por tanto, cuando los alumnos aseguran que su profesor es un buen profesor es que están ejercitando su derecho a estar locos.

Las cosas no están tan mal como parecen. Están peor, pero son más divertidas. Por eso, es preferible el caótico infierno al apacible cielo.

Por lo que yo conozco, la complicada elaboración de excusas convincentes es condición sine qua non para triunfar como profesor universitario.

La lectura es una droga que nos hace libres. Aunque cree adicción.

Cuando escribas, escribe poco: de cada cinco palabras, tacha una.

Hay algunos que viven en un miedo perpetuo: miedo a que les engañen, miedo a que les tomen el pelo, miedo a que se burlen de ellos, a que les falten al respeto, a que les tomen por tontos, a que piensen que no se atreven,... Por todo eso y por si acaso, se saltan los semáforos en rojo.

La información es poder, vana ilusión; el poder es poder y la información, quizá, dé todavía más poder. La información sin poder es sólo chismorreo. Esto lo sabe cualquier condenado a muerte que, a pesar de tener toda la información, no puede hacer nada.

La mayor libertad imaginable es decir no.

Los estímulos machacan a los impulsivos.

Los malhumorados son personas que sólo aceptan como buena gente a los que se quejan exactamente como ellos. Son intransigentes con todo y con todos, excepto cuando se miran al espejo.

Aprender a ser libre es aprender los límites.

Un joven sin disciplina se siente consentido pero no respetado.

Es imposible resolver los problemas sociales sin que cambie el modo de pensar de las personas implicadas.

Tendemos a ser mecánicos cuando lo que necesitamos es ser creativos.

El resultado de la educación es un reflejo condicionado con guante de seda.

¿Cuánto hay de cultural y cuánto hay de biológico en la violencia de género? Primero hay que resolver esta cuestión, y mientras tanto sólo queda represión. Sólo si hay mucho de cultural funcionará la educación; si no es así, sólo queda represión, y educación a muy largo plazo. Llevamos miles de años intentando acabar con el asesinato, y no sólo no lo hemos conseguido sino que, aunque nos repugne, lo hemos legalizado con las guerras o la pena de muerte. No vamos a terminar con la violencia de género con unas leyes y en pocos años.

Los niños exploran los límites, y hay muchos jóvenes que lo siguen haciendo.

Uno de los efectos del control burocrático exagerado, en cualquier trabajo, consiste en el debilitamiento de la conciencia profesional.

La calidad de la enseñanza es el resultado del dominio de los conocimientos precisos (por ello, los investigadores están bien preparados para la docencia), y también de la capacidad de improvisación, creatividad, actuación e iniciativa (que no tiene nada que ver con la investigación) que exige una autonomía profesional bastante amplia.

Estar aquí es un milagro; vivir, una maravilla; contigo, un infierno helado.

Aquel que vive según unas reglas y normas que ha elegido, conoce y acepta, es más libre que otros que, creyendo que hacen lo que quieren, obedecen a reglas y normas que ignoran y que les imponen otros.

Estoy harto de los amigos que sólo me buscan cuando me necesitan.

Simplificar la vida produce una sensación casi mágica de libertad.

Con el tabaco, el mejor cliente no es el que más fuma sino el que todavía habla bien del tabaco.

Llevo treinta años en este oficio; es imposible que no esté loco.

Los desastres configuran la historia.

La era de las soluciones alternativas ha terminado.

Exceso de confianza: los alumnos después del examen y antes de saber la nota.

Lo que están enfermos desde siempre o desde que pueden recordar saben que la presuntuosa creencia de los sanos en la salud eterna es una estupidez. Y también saben que la mayor parte de las enfermedades por las que los sanos se quejan son también una estupidez.

Alguien feliz no es, necesariamente, ineficaz.

Las normas traducen la cultura en conducta.

Según las últimas investigaciones, los niños aprenden lo que significa "no" entre los 11 y los 16 meses. Por lo que yo he notado, parecen olvidarlo, pues cuando los conozco a los 18 años tengo la sensación de ser el primero que les dice "no".

Los niños tantean para descubrir hasta donde pueden infringir las reglas. Y siguen así hasta que tienen más o menos ochenta años.

La educación puede con todo; llega incluso a formar buenos ciudadanos.

Menos hablar y más preguntar son buenas reglas para conversar.

En la discusión trata sólo hechos y no impliques a las personas.

Si no puedes cambiar de trabajo por lo menos intenta cambiar tu trabajo.

Sin proyecto, el trabajo diario pierde su sentido.

El nacionalismo es consecuencia del fracaso o incapacidad de proyectar hacia el futuro los valores y las creencias. Crea una mentalidad baluarte motivada por el miedo a poner en discusión valores esenciales. Lucha por proteger lo que fue, incluso aunque no haya existido o ya no sea relevante, porque no encuentra otra manera de garantizar la supervivencia de esos valores que siempre se asocian con el pasado. Y no estoy hablando de nuevas tecnologías, arte moderno o nuevas demandas sociales. Son los valores los que marcan los comportamientos, y en el nacionalismo son valores del pasado y, por ello, es imposible ponerlos en duda y debatirlos. Para entender el nacionalismo hay que descubrir los por qué; el cómo es accesorio.

Cuantos hay que se preocupan de tu peso y de tu dieta pero que nunca te preguntan cómo te encuentras; no les interesa, sólo les preocupa su peso y su dieta.

La insatisfacción es el impuesto a pagar por vivir.

Aprende; si no lo haces, te engañarán.

Si el poder quiere dominar a los jóvenes, su arma más eficaz será convencerles de que no tienen futuro.

José Antonio Marina escribe que hay muchos a los que cansa aprender, estudiar, pensar,... No es así; ocurre que dedican sus fuerzas a aprender, estudiar, pensar,... otras cosas y no aquellas que nosotros consideramos importantes.

El aumento de los controles externos sobre la docencia en sí, sobre la práctica misma de las clases, nunca producirá un profesor competente, quizá más cumplidor de reglas y horarios. Lo contrario, es decir, la ausencia de controles externos, producirá profesores incompetentes y competentes. Aunque sólo sea matemáticamente, esta segunda opción es, con mucho, la mejor.

Como todos los alumnos saben, es más divertido aprender a aprender que estudiar.

A veces, la mano se cansa de buscar otra mano.

El miedo y el sentido del humor son nuestras únicas defensas ante la vida.

No todo lo nuevo es mejor que aquello a lo que sustituye. Es más, a menudo sucede lo contrario. Sobre todo en gastronomía. Y en otras cosas.

Hubo épocas en las que la capacidad de los hombres para aprender de la experiencia de otros todavía no se había perdido. Hoy día, sólo se aprende de la propia experiencia y no de lo que otros ya han experimentado. Así, sólo se aprende de los golpes que da la vida. A esto le llaman libertad para experimentar y no estupidez.

Escribir obliga a pensar despacio, con los pasitos cortos y titubeantes del niño que aprende a andar.

Escribir: el movimiento repetido de la mano provoca la secreción de endorfinas y relaja.

Presente, sin pasado ni futuro, es el ideal de los jóvenes.

La comunicación es esencialmente un proceso de sintonía entre mentes.

Es un alivio olvidar que hemos olvidado. Es angustioso recordar que hemos olvidado.

La tasa de mortalidad es siempre igual a uno: por cada nacimiento, hay una muerte.

El que no nace, no puede morir.

Si no puedo, no quiero. Esto es la experiencia. Si quiero, puedo. Esto es la juventud.

No existe la suerte, ni tampoco el destino; lo que sí existe es la oportunidad.

Por lo que me cuentan, todos tienen éxito y nadie fracasa. Eso me dicen.

Ser políticamente incorrecto debe ser el primer objetivo del científico.

En la universidad enseñamos los conocimientos adecuados con los métodos adecuados, pero los alumnos no nos hacen mucho caso. Están muy ocupados con los móviles, el MP3, salir el jueves, el viernes y el sábado, el sexo, la televisión basura, el cine americano, la comida también basura, el alcohol, las fiestas y seguro que alguna otra historia que todavía no he detectado. Realmente no tienen tiempo para más. Hace tiempo que defiendo la tesis de que hay un exceso de actividades extraescolares.

Si eres inteligente, te debes comportar según las normas morales de tu comunidad más cercana. Por eso los jóvenes se comportan como una tribu: hacen las mismas cosas en los mismos lugares y, sólo al madurar, aparecen los individuos capaces de actuar según las normas morales de una comunidad más amplia, o de una más restringida pero elegida con libertad.

No sé por qué, pero no está bien visto que entusiasmo y madurez vayan unidos.

Rara vez un político habla de participación fuera de época de elecciones.

La nación estorba la tendencia general al cambio de las sociedades humanas.

El nacionalismo se suicida si consigue sus objetivos.

La tribu y la nación impiden una visión global de la vida.

Vive la vida con todo tu corazón, con todo tu espíritu y con toda tu fuerza. Y con alguien a tu lado.

Nuestra salud mental requiere que, por lo menos de vez en cuando, seamos creativos.

En imposible que nos percatemos de lo que no nos damos cuenta.

Vivimos una época decididamente apasionante, en la que el autoengaño es el método que siguen muchos para evitar la desesperación.

Donde falta una idea siempre puede colocarse una piedra.

Para muchos el trabajo es una religión ya que es lo único que da sentido a su vida.

Un niño se puede electrocutar si mete los dedos en un enchufe. La solución que se aplica es poner un un enchufe especial en el que no se pueden meter los dedos. Mejor sería enseñarle a no meter los dedos en el enchufe. Con seguridad, en su vida encontrará otros enchufes en los que meter los dedos. Y electrocutarse.

Ser conscientes de las ideas preconcebidas que nos condicionan implica que seremos capaces de percibir y comprender lo que nos rodea con los ojos limpios de legañas.

La belleza implica una totalidad coherente.

Muy a menudo tengo la sensación de ser el primero que dice no.

Si no quieres responsabilidad, no hagas nada, pues de todo lo que hagas eres responsable.

La cultura es transgeneracional, es decir, es un espacio común a varias generaciones que conviven en un mismo tiempo. En cambio, la moda es intrageneracional, y su renovación constante responde a motivos económicos.

Hay quien reivindica la libertad cuando, en realidad, lo que propugna es el rechazo de cualquier poder que no ejerza él mismo.

Para la educación de las elites se sigue el método de la escuela más tradicional, con el rigor pedagógico más extremo.

La inteligencia crítica es la aptitud fundamental del hombre para comprender el mundo en el que vive y a partir de qué condiciones la rebelión contra ese mundo se convierte en una necesidad moral.

La superespecialización en la enseñanza deja obsoletos los conocimientos casi antes de ser impartidos en el aula.

Educarse no es lo mismo que comprar educación.

Educar no es lo mismo que vender educación.

La universidad pública debe definir el campo de los saberes y la organización de los estudios, siempre en relación con la sociedad de la que forma parte, pero sin renunciar a aspiraciones culturales más amplias.

La vida es como una bolsa de la que sólo puedes sacar lo que antes has metido.

Las personas impulsivas no son libres, obedecen a sus impulsos y estos son consecuencia de algún estímulo inmediato, sea el que sea. Y, además, no importa cuál sea.

Al crear, el noventa por cien es mierda; y el diez por cien restante, leche desnatada.

Creatividad y tenacidad son la misma cosa.

No se puede andar con miedo por la vida: miedo a que piensen que soy tonto, a que me tomen el pelo, a que me engañen, a que se burlen de mí,.... Miedo, miedo, miedo y más miedo. Hay quien anda por la vida muerto de miedo.

Hay miedos que se olvidan porque asusta recordarlos.

La creatividad debe ser un hábito y, como tal, necesita entrenamiento.

Hacer ciencia es, ante todo, el hábito de manejar ideas con un método aprendido.

Violencia doméstica: se ha dado en todos los tiempos, se da en todas las sociedades,c on cualquier educación. Quizá tenga un fuerte componente conductual biológico. Lo que no significa que sea permanente o inevitable.

Para enseñar, hay que ser ante todo optimista. A menudo, optimista patológico. Enseñar se acaba convirtiendo en un acto de esperanza.

Hay mujeres que son como zarzas; te hacen sangre si las acaricias.

Ceguera inducida: corazón que no siente, ojos que no ven.

El problema de los progres es que son una parte más del sistema. Además, son los consumidores de una importante industria dedicada casi exclusivamen a contentar su afán de originalidad. Lo mismo ocurre con los sindicatos, que son una herramienta esencial para el control de los trabajadores.

Aquello que los intelectuales consideran trivial y evidente es esencial en nuestras vidas, incluso en las de los intelectuales: comida, bebida, cobijo, sexo, amor, hijos,..., en resumen, vida y muerte. Lo evidente y trivial no gusta a los intelectuales porque es indiscutible y, en consecuencia, da poco juego.

Daniel Innenarity: "De un intelectual esperamos que diga algo que los demás no han visto y que él mismo no ve demasiado bien. Esta función es la que queda adulterada cuando se instala en el terreno de lo que todo el mundo sabe, de la evidencia o la trivialidad."

Educar a los ciudadanos en la responsabilidad crítica y la participación activa no gusta a los políticos.

Procrastinación es dejar las cosas para mañana. Tremendo vocablo: mañana pensaré si me concierne.

Si te dedicas a la política y te contradicen los hechos, pasarás a la historia como un imbécil, pero si eres hábil y mientes con convicción, lo harás como un héroe.

"No hay que limitarse a escribir lo que salga, porque puede salir una cosa idiota". declaró hace algún tiempo Francisco Ayala. Y eso es precisamente lo que hago en estos textos, escribir lo que me sale, y ese es mi riesgo: escribir idioteces. Después de siglos de literatura, se han escrito muchas idioteces, y alguna más a quién le van a importar. En conclusión, estas COSAS pueden ser idioteces, y algunas me lo parecen cuando las releo. Ya me dirán ustedes, si son tan amables, lo que piensan de todo esto.

Es la falta de identidad lo que lleva al fanatismo. Quien sabe quien es, no necesita expresarlo en público y, mucho menos, obligar a otros a ser como él. Sólo la inseguridad lleva al fanatismo.

La tensión libera endorfinas. Los que dicen trabajar mejor bajo presión son, en realidad, adictos a las endorfinas. Soy un ex-drogadicto; o lo intento. Y por eso procuro no trabajar, y mucho menos bajo presión.

Ser feliz es no saber explicar por qué se es feliz. Por tanto, ser feliz es un sentir negativo: no se siente ni el cuerpo ni el alma.

Lo que se cree sin argumentos no se puede refutar con argumentos.

Una ideología es un sistema de ideas más o menos consistente pero abolutamente inmune a los hechos.

La ideología, como la religión, es indiscutible.

La Iglesia atribuye gran importancia a las clases de Religión que se imparten a niños sin uso de razón según la doctrina de la Iglesia.

La cultura tecnológica y globalizada, tal como hoy se entiende, no nos permite conocer el mundo en que vivimos, sólo nos alcanza para trabajar en él. Y para él.

Inserción laboral de los asalariados vs. inserción política de los ciudadanos.

Ideal republicano de la educación: formar al trabajador, instruir al ciudadano y educar al individuo.

La universidad debería promover la emancipación intelectual y formar ciudadanos para quienes el trabajo no constituya el exclusivo interés de su vida.

Hoy en día, la universidad debe formar asalariados intelectualmente muy calificados.

La cultura impartida a los jóvenes cada vez se reduce más a las competencias necesarias para la empleabilidad.

La universidad tiene un coste y un rendimiento y su producto, los universitarios, son la mercancía que vende.

Las instituciones en general y la universidad en particular sólo tienen sentido si están al servicio de las empresas. Este es el futuro.

En el País Vasco hay quien estudia en euskera, la mayoría, y en castellano, una minoría y, además, en la enseñanza privada. En el futuro, una mayoría euskaldún, atrapada en su país, será dirigida por una minoría española, en el país o desde fuera, ya que serán los únicos aceptados en el exterior. Aquí se llamarán Jon, allí se llamarán Juan.

En el proceso de integración escolar en Estados Unidos, en la década de los sesenta y setenta, se llevaba en autobús a los niños negros a las escuelas de niños blancos y viceversa. En el País Vasco, los que estudian en euskera van al centro escolar más próximo a su casa; los que lo hacen en castellano son trasladados a las escuelas de los barrios periféricos o acuden a la enseñanza privada. Discriminación.

En la universidad, vamos de la transmisión del conocimiento a la inserción laboral. Todos los valores se reducen a uno: eficacia en la institución y en el producto.

La universidad se reestructura y, por lo que nos cuentan, es para adaptarse al mercado laboral. Debe flexibilizarse; en realidad, tiene que desaparecer como institución estable y convertirse en una especie de guante que se adapte a cualquier mano. En el futuro, la universidad no tendrá objetivos, sólo respuestas.

¿Tu sí? Pues yo también.

A veces uno descubre que lo más interesante, y quizá lo más entrañable, está ahí mismo, junto a uno, en tu misma casa. Por ejemplo, un video porno.

Fue terrible. Volvían de una fiesta y cayó una terrible tormenta. Se mojaron y él tosió y no pudieron hacer el amor entre estornudo y estornudo. No se volvieron a ver.

Para vivir hay que vincular el presente con el futuro que soñamos.

Nuestra civilización se mantiene en pie porque la mayoría de las personas ignora que preferirían hacer algo distinto de lo que hacen.

El llevarse bien con las personas permite que se hagan las cosas que deben hacerse.

El pesimista y el optimista comparten el mismo mundo pero lo perciben desde lados opuestos del sentimiento.

Siguiendo a Medawar afirmo que hay personas a las que se ha educado por encima de su capacidad de raciocinio. Sobre todo entre los universitarios. Saben, incluso existen, pero no piensan. O creen que saben y, como mucho, están informados. O mejor, están siendo informados y, en consecuencia, formados. En fin, que saben pero no saben qué saben ni por qué ni para qué saben. El fracaso de la teoría de la educación universal.

Margarita Rivière, en El malentendido, pone tres ejemplos de avances científicos que le causan gran perplejidad. No voy a entrar en detalles de los avances que enumera, procedentes todos ellos de noticias de los periódicos, y los califica de delirio aunque demuestra no entender su alcance y significado. Lo que revela la cita de la autora es su absoluto desconocimiento de la ciencia o, por lo menos, de la biomedicina. Es una demostración palpable de la existencia de las dos culturas. Y, mientras los científicos hacen un esfuerzo por captar la cultura en la que viven en su totalidad, los de la "otra cultura" siguen despreciando la ciencia y haciendo gala de su ignorancia, y lo hacen con orgullo y publicidad.

¿Qué hará el pueblo americano cuando descubra, si es capaz de hacerlo, que el 11-S y las guerras de Afghanistán e Irak son consecuencia del paseo de Ariel Sharon por la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén el 28 de septiembre de 2000, con el único objeto de conseguir el poder en el Gobierno de Israel?

Hoy en día, mirar y divertirse con los reality show, y con la telebasura en general, supone explotar los mismos sentimientos que hace unos años al burlarse del tonto del pueblo y su hablar entrecortado. En realidad (reality), nos reímos de lo mismo: sus babas, sus mocos, culo, caca, pis, polla, coño,...

Uno de los mayores enigmas de nuestra globalizada sociedad es saber qué es una noticia para los medios de comunicación. Y saber quién decide que una noticia es una noticia.

¿Yo no? Pues tú tampoco.

En la universidad española nadie quiere destacar. O casi nadie. Mientras en Europa y Estados Unidos hay cursos de liderazgo que enseñan a ser jefe, y todos o casi todos los universitarios quieren serlo, de forma que se crean verdaderos ejércitos de jefes, en España todos, o casi todos, quieren ser indios de manera que los pocos que quieren ser jefes lo consiguen sin mucho esfuerzo y sin selección, y así tenemos los dirigentes que nos merecemos.

Una vez, hace tiempo, vivía en un pueblo un hombre que usaba dinamita para derribar árboles. Murió de un derrame cerebral, cuando una minúscula pizca de explosivo le explotó en el cerebro.

Si queremos olvidar, olvidamos; si debemos olvidar, olvidamos. Y el querer y el deber es lo primero que olvidamos.

Se suele decir que sólo vemos lo que queremos ver. No es cierto; sólo vemos lo que sabemos ver. Otra cosa es lo queramos saber.

Una creencia equivocada nos hace admitir que estamos muertos cuando, en realidad, estamos tontos. Y para la mayoría, es preferible la tontería a la muerte.

La vida no asusta; lo que da miedo es como la malvivimos.

Los hechos son aquello en que cada uno los convierte. Lo dijo Nietzsche: No hay hechos, sólo interpretaciones. Demasiado fácil.

Para despertar es esencial, en primer lugar, estar dormido.

Ningún libro, ni siquiera la Biblia, El Capital o una guía de autoayuda proporciona respuestas fáciles. Si lo hace, es un fraude.

Para muchos, los problemas colectivos son responsabilidad de otros. En consecuencia, no hay nada que se pueda hacer para resolverlos.

Lo más adecuado es tratar de resolver los problemas sin tratar de cambiar a las personas que los causan. Cambiemos lo que hacen y olvidemos lo que son.

¿Cuántos de nosotros conocemos a algún idiota? Todos. ¿Cuántos de nosotros somos idiotas? Ninguno. Conclusión: imposibilidad estadística.

Hoy la izquierda y la derecha dudan, saben que en todo no tienen razón, que la vida cambia y las dudas brotan inevitablemente de la reflexión. A la izquierda, Stalin, Pol Pot y tantos otros les vacunaron contra el dogmatismo. Igual labor hicieron con la derecha Hitler, Franco, Pinochet y otros. Sólo los nacionalismos siguen siendo religión. Son los únicos que basan su ideología en "sobre esta patria construiré mi iglesia". La nación es entelequia inexistente y, por tanto, indiscutible. Cuando los nacionalismos descubran que no hay nación sin ciudadanos, entenderán por qué Hitler quiso aniquilar, ante todo y sobre todo, a los alemanes que se sentían ciudadanos antes que alemanes.

En la sociedad actual, el consumo del saber está por encima de la transmisión del saber.

Es una vieja tradición de las élites políticas y económicas que, con grandilocuente prodigalidad de palabra, concedan con cicatería los medios financieros necesarios para la educación de las clases populares.

Antes, la educación formaba ciudadanos; ahora, satisface a los consumidores, sean los alumnos o sus padres.

La educación tenía un valor profesional y laboral pero, además, también tenía un profundo significado social, cultural y político, con diferentes interpretaciones según las ideologías. Ahora sólo queda el valor profesional y laboral y, en consecuencia, la educación está orientada hacia el mercado laboral. En último extremo, será el mercado quien marque los objetivos de la educación. El mercado laboral será (¿es?) el valor único.

La sociedad neoliberal necesita innovación y ésta sólo se alcanza con capital humano preparado. Por una parte, una gran masa "botellón y fin de semana"; por otra, unos pocos con trabajo creativo, profesional y, en todo caso, gratificante desde cualquier punto de vista.

La escuela neoliberal es la escuela inútil. Ser escuela guardería es su mayor valor social. Los alumnos deben aprender sólo lo imprescindible para ("Sensación de) vivir" lo más posible. Sus preocupaciones más importantes deben ser su éxito social entre sus iguales, y una gozosa vida sexual sin compromisos. Dormir poco y beber mucho: el estado zombie es el más adecuado. Y a pesar de todo, en pocos años, los que maduran hacen lo que quieren y dejan de repetir lo que su grupo exige. En casa, lo único importante son unas buenas notas que, a poco que se esfuercen, obtienen sin mayor exigencia. Y ya tenemos "niño-rey" hasta los 35 años por lo menos.

Cuando uno va en coche y no sabe que camino tomar o, mejor, le da igual, se debe elegir una buena recta, poner el coche a cien o más y, bruscamente, meter a fondo el freno de mano. El mismo coche le indicará la dirección a seguir. Al cielo o al infierno. Qué más da.

En un país civilizado se respeta la ley y se desprecia a la autoridad; en el nuestro, se desprecia la ley y se teme a la autoridad.

Donna Leon: La única constante en la vida de los jóvenes es la inconstancia. Si un número suficiente de personas sostiene una idea o una opinión, es probable que los jóvenes la acepten; y si un número suficiente la rechaza, rectifican. Les resulta difícil ser consecuentes sin preocuparse de lo que es aceptado por su tribu sobre lo que hay que decir, hacer, leer, mirar, escuchar, vestir,...

Los jóvenes de ahora tienen muy poca tolerancia al aburrimiento, menos todavía de la habitual en los de su misma edad en cualquier época de la historia de nuestra especie.

Cualquiera luchará hasta conseguir el suficiente dinero como para vivir bien. Pero, en primer lugar, vivir bien no es lo mismo para todos. Y en segundo lugar, una vez conseguido el dinero para vivir bien, hay que parar pues seguir adelante lleva inevitablemente a vivir peor.

Según envejecemos cada vez nos parecemos más a aquella caricatura que nos hicieron de joven.

Alguien dijo, supongo que algún romano, que la mujer del césar no sólo debía ser honrada sino que además tenía que parecerlo. Hoy en día no hay por qué ser honrado, sólo hay que parecerlo.

Quien juzga a los demás queda retratado al instante: soberbio y mezquino. Soberbio porque se atreve a juzgar y mezquino porque siempre condena.

Bacon escribió en El avance del saber que, sabiendo que nuestra vida es demasiado breve como para finalizar nada importante, es el sentirnos parte de una tradición hacia el progreso lo que nos debe satisfacer. Quizá hablaba de ciencia, pero yo elijo pertenecer a una tradición de humanidad que lleve al progreso entendido como libertad, igualdad y fraternidad. En ese futuro la ciencia se incluye aunque no se mencione.

El ascenso del individualismo acabará ahogando la convivencia social.

Ya no existen proyectos en comunidad, como no sea que, de pura casualidad, los proyectos personales apunten en la misma dirección.

No busques conspiraciones donde sólo hay incompetencia.

Santiago Calatrava: Proyectos pensados para alcanzar cierto prestigio y no para que sean útiles.

Es difícil hacer las cosas bien cuando se lee poco.

No entiendo por qué para mucha gente lo moderno es mejor que lo bueno. Por lo menos parece que de eso se trata en las leyes sobre educación; cada uno que llega hace su reforma. Y encima queda como progre.

Tenemos derecho porque somos hombres y no porque queramos tenerlos. O no tenerlos. El deseo individual no es omnipotente, no puede pisotear los propios derechos, no puede decidir qué es bueno y qué no lo es.

Domesticar los instintos: Exacto, esto es lo que pienso de la violencia doméstica. Para resolver este problema hay que tener muy en cuenta que tiene mucho de instinto. Y eso debe influir en las propuestas que se hagan para acabar con esta barbaridad.

Lo que no acepto en mi vida es lo que me hace sufrir.

No te esfuerces en hacer lo que haces mejor que los demás; simplemente, haz lo que haces bien.

El hombre se humaniza: la evolución le arrojó hace cien siglos en el circo de la historia y a partir de ese momento y por medio de la cultura, intenta cosntruir su vida alejándose de su esencia animal. A matar le llama asesinar y lo castiga, a veces matando al asesino; reprueba la violencia de género, pero no es capaz de eliminarla de su conducta diaria; le asusta el comportamiento tribal y a menudo violentamente explosivo de los jóvenes, pero lo jalea si esos jóvenes forman el ejército propio,...
Es quizá una lucha perdida de antemano la que llevamos en contra de nuestro sustrato biológico. Somos animales y nunca dejaremos de serlo; cuanto antes lo aceptemos, antes podremos buscar una solución adecuada. Sea la que sea.

Explicar no justifica. Aceptemos que existe un conflicto vasco. La explicación de ese conflicto no lo justifica. Hacer algo respecto al conflicto, en una dirección o en otra, implica una elección personal; el conflicto no determina las conductas. El hombre sigue siendo capaz de tomar decisiones. No existe ni el determinismo ni la inevitabilidad.

Los jóvenes siempre tienen razón, pero mejor que no lo sepan; serían inaguantables.

Los que se excusan en la mala suerte, evitan como sea la responsabilidad de lo que han hecho.

Como nos lo demuestran las peliculas del Oeste, siempre hay un pistolero más rápido.

La simpatía y la sinceridad, así como la buena educación, son métodos de supervivencia; el mal carácter se acaba volviendo contra quien no lo domina.

Trabajar con la diversidad: es la clave del éxito del trabajo en equipo.

"Es asunto suyo; es su vida privada". Pero es la misma persona en su vida privada y en su vida pública.

Si justificamos los malos comportamientos fuera del trabajo, acabaremos buscando justificaciones para los malos comportamientos dentro del trabajo. Y viceversa.

Lo interesante de la investigación en la universidad es que supone la excusa perfecta para formar jóvenes con el objetivo de que sean buenos científicos. En resumen, más interesante que nuestro propio tema de investigación es la formación de jóvenes en los valores necesarios para que puedan hacer ciencia excelente.

La ventaja de trabajar en lo que a uno le gusta es que, a la obligación de cumplir para poder vivir dignamente en nuestra sociedad, le podemos añadir el componente lúdico de explorar un universo que nos agrada y que hemos elegido para conocer a fondo.