La gran Margaret Thatcher ya nos lo avisó: Nadie recordaría al buen samaritano si hubiera tenido tan solo buenas intenciones. También tenía dinero.

A menudo es muy importante aquello de nuestra vida que tenemos que esforzarnos en recordar.

No hay nada más políticamente incorrecto que proclamar la estupidez de lo políticamente correcto.

Ya lo dijo Voltaire, pero hay muchos que no se han enterado, que El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo.

La Reina Roja: no para de moverse para conseguir estar siempre en el mismo sitio. Así somos nosotros.

Tengo montones de amigos: todos aquellos que me llaman cuando me necesitan.

En una entrevista en Babelia de El País, Daniel Pennac declaró que La escuela no tiene nada que vender. Imparte saber, algo que es necesario pero que raramente se desea.

Hay muchos que no han aprendido a estar callados.

No hay nada más cansado que odiar durante mucho tiempo.

Antonio Gramsci dijo que deberíamos vivir con el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad.

Hacerte dudar del país en que vives es el principal objetivo del nacionalismo.

La universidad y el mercado laboral se rozan, pero ninguno contiene al otro.