viernes, 30 de mayo de 2008
jueves, 29 de mayo de 2008
Este poema lo escribió Emily Dickinson hace siglo y medio:
“Esperanza” es esa cosa con plumas –
Que se posa en el alma –
Y canta una melodía sin palabras –
Que no cesa – nunca –
“Esperanza” es esa cosa con plumas –
Que se posa en el alma –
Y canta una melodía sin palabras –
Que no cesa – nunca –
miércoles, 28 de mayo de 2008
Petros Markaris, en su novela Defensa cerrada, hace decir a uno de sus personajes que Dos cosas detesto en esta vida: el racismo y los negros.
martes, 27 de mayo de 2008
Ambrose Bierce, en su Diccionario del Diablo: Erudición, s. Polvillo que cae desde un libro a un cráneo vacío.
lunes, 26 de mayo de 2008
Jonathan Swift, con su sabiduría, nos ayuda a vivir la vejez:
Resoluciones para cuando llegue a viejo:
-No casarme con una joven.
-No tratar con jóvenes, a no ser que ellos lo deseen de verdad.
-No ser desconfiado, huraño o suspicaz.
-No burlarme de las costumbres, ideas, modas, personas o guerras actuales, ni de otras cuestiones semejantes.
-No encariñarme con los niños.
-No contar una y otra vez la misma historia a las mismas personas.
-No ser codicioso.
-No descuidar la compostura o la limpieza para evitar caer en la mugre.
-No ser demasiado severo con los jóvenes sino indulgente con sus necedades y debilidades juveniles.
-No dejarme influir por criados granujas y chismosos u otras personas semejantes, y no prestarles atención.
-No estar demasiado dispuesto a dar consejos, y agobiar sólo a quienes lo deseen.
-Querer que algunos buenos amigos me informen de las resoluciones que incumplo o descuido, y en qué lo hago; y cambiar de conducta en consecuencia.
-No hablar mucho ni de mí mismo.
-No presumir de la belleza o la fuerza que tuve ni de cuánto me quisieron las mujeres, etcétera.
-No prestar atención a las lisonjas ni imaginar que puedo ser amado por una mujer joven; et eos qui haereditatem captant, odisse ac vitare [y odiar y evitar a los cazadores de herencias].
-No ser imperioso ni obstinado.
-No proponerme observar todas estas reglas para no caer en el peligro de dejar de observarlas todas.
Resoluciones para cuando llegue a viejo:
-No casarme con una joven.
-No tratar con jóvenes, a no ser que ellos lo deseen de verdad.
-No ser desconfiado, huraño o suspicaz.
-No burlarme de las costumbres, ideas, modas, personas o guerras actuales, ni de otras cuestiones semejantes.
-No encariñarme con los niños.
-No contar una y otra vez la misma historia a las mismas personas.
-No ser codicioso.
-No descuidar la compostura o la limpieza para evitar caer en la mugre.
-No ser demasiado severo con los jóvenes sino indulgente con sus necedades y debilidades juveniles.
-No dejarme influir por criados granujas y chismosos u otras personas semejantes, y no prestarles atención.
-No estar demasiado dispuesto a dar consejos, y agobiar sólo a quienes lo deseen.
-Querer que algunos buenos amigos me informen de las resoluciones que incumplo o descuido, y en qué lo hago; y cambiar de conducta en consecuencia.
-No hablar mucho ni de mí mismo.
-No presumir de la belleza o la fuerza que tuve ni de cuánto me quisieron las mujeres, etcétera.
-No prestar atención a las lisonjas ni imaginar que puedo ser amado por una mujer joven; et eos qui haereditatem captant, odisse ac vitare [y odiar y evitar a los cazadores de herencias].
-No ser imperioso ni obstinado.
-No proponerme observar todas estas reglas para no caer en el peligro de dejar de observarlas todas.
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