San Agustín, hace ya quince siglos, afirmó que Si no crees en ello, no lo entenderás.
Los momentos que definen una vida nunca han sido planeados.
Lo que se oculta acaba pesando más que lo que se dice.
martes, 27 de abril de 2010
José Antonio Marina, en su Ética para náufragos, nos dice que Hago lo que quiero no por gusto, sino por deber. Es decir, no por lo que siento, sino por lo que pienso.
Los borrachos dan pena porque muestran una triste pérdida de dignidad.
Tontos, lo que se dice tontos, hay pocos, pero todos sucumbimos a menudo a la irresistible tentación de hacer el tonto.