El hombre se humaniza: la evolución le arrojó hace cien siglos en el circo de la historia y a partir de ese momento y por medio de la cultura, intenta cosntruir su vida alejándose de su esencia animal. A matar le llama asesinar y lo castiga, a veces matando al asesino; reprueba la violencia de género, pero no es capaz de eliminarla de su conducta diaria; le asusta el comportamiento tribal y a menudo violentamente explosivo de los jóvenes, pero lo jalea si esos jóvenes forman el ejército propio,...
Es quizá una lucha perdida de antemano la que llevamos en contra de nuestro sustrato biológico. Somos animales y nunca dejaremos de serlo; cuanto antes lo aceptemos, antes podremos buscar una solución adecuada. Sea la que sea.
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