sábado, 24 de noviembre de 2007

Hoy la izquierda y la derecha dudan, saben que en todo no tienen razón, que la vida cambia y las dudas brotan inevitablemente de la reflexión. A la izquierda, Stalin, Pol Pot y tantos otros les vacunaron contra el dogmatismo. Igual labor hicieron con la derecha Hitler, Franco, Pinochet y otros. Sólo los nacionalismos siguen siendo religión. Son los únicos que basan su ideología en "sobre esta patria construiré mi iglesia". La nación es entelequia inexistente y, por tanto, indiscutible. Cuando los nacionalismos descubran que no hay nación sin ciudadanos, entenderán por qué Hitler quiso aniquilar, ante todo y sobre todo, a los alemanes que se sentían ciudadanos antes que alemanes.

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