jueves, 27 de diciembre de 2007
Aviso para los lectores: Ramón y Cajal era un verborreico compulsivo y opinaba y escribía sobre cualquier tema que se le pusiera por delante aunque, como es conocido, sólo fuera un buen científico. A mí me pasa como a Ramón y Cajal y opino y escribo sobre asuntos que ignoro; además, ni siquiera soy un buen científico. Debo reconocer que el mismo Ramón y Cajal me definió al escribir que se conocen infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento.
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