Volvamos a Nietszche, aquel de
no hay hechos, sólo intepretaciones. El otro día comentaba que cuando murió quizá descubrió que, por lo menos, hay un hecho no interpretable: la muerte. Pero no lo sé con seguridad, porque nadie ha vuelto de la muerte a contarnos cómo es. Oigo pasos a mi espalda...
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