lunes, 26 de mayo de 2008

Jonathan Swift, con su sabiduría, nos ayuda a vivir la vejez:

Resoluciones para cuando llegue a viejo:
-No casarme con una joven.
-No tratar con jóvenes, a no ser que ellos lo deseen de verdad.
-No ser desconfiado, huraño o suspicaz.
-No burlarme de las costumbres, ideas, modas, personas o guerras actuales, ni de otras cuestiones semejantes.
-No encariñarme con los niños.
-No contar una y otra vez la misma historia a las mismas personas.
-No ser codicioso.
-No descuidar la compostura o la limpieza para evitar caer en la mugre.
-No ser demasiado severo con los jóvenes sino indulgente con sus necedades y debilidades juveniles.
-No dejarme influir por criados granujas y chismosos u otras personas semejantes, y no prestarles atención.
-No estar demasiado dispuesto a dar consejos, y agobiar sólo a quienes lo deseen.
-Querer que algunos buenos amigos me informen de las resoluciones que incumplo o descuido, y en qué lo hago; y cambiar de conducta en consecuencia.
-No hablar mucho ni de mí mismo.
-No presumir de la belleza o la fuerza que tuve ni de cuánto me quisieron las mujeres, etcétera.
-No prestar atención a las lisonjas ni imaginar que puedo ser amado por una mujer joven; et eos qui haereditatem captant, odisse ac vitare [y odiar y evitar a los cazadores de herencias].
-No ser imperioso ni obstinado.
-No proponerme observar todas estas reglas para no caer en el peligro de dejar de observarlas todas.

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